El sistema nervioso es uno de los más complejos y sensibles del organismo. Su funcionamiento depende de múltiples factores, entre ellos la nutrición. Aunque solemos asociar la dieta principalmente con la salud general, lo cierto es que también tiene un impacto directo en el cerebro, la plasticidad neuronal, el rendimiento cognitivo y la capacidad del cuerpo para recuperarse de lesiones o enfermedades neurológicas.
La evidencia científica ha señalado que la alimentación puede influir en los procesos inflamatorios, oxidativos y metabólicos que afectan al sistema nervioso. Por eso, escoger bien los alimentos no solo mejora la salud a nivel general, sino que contribuye activamente al manejo y rehabilitación de afecciones neurológicas.
¿Qué relación existe entre nutrición y salud neurológica?
La conexión entre lo que comemos y nuestro cerebro es estrecha. Nutrientes como ácidos grasos, vitaminas del grupo B, antioxidantes o aminoácidos intervienen en funciones tan importantes como:
- La transmisión de señales neuronales
- La producción de neurotransmisores
- El mantenimiento de la mielina
- La neuroprotección
- La reducción de procesos inflamatorios
Cuando la dieta es deficiente, estos procesos pueden alterarse, haciendo más difícil la recuperación o agravando síntomas en diversas patologías neurológicas.
Afecciones neurológicas donde la nutrición influye significativamente
1. Ictus
Tras un accidente cerebrovascular, la alimentación desempeña un papel crucial para:
- Controlar factores de riesgo como hipertensión o diabetes
- Facilitar la recuperación de la capacidad funcional
- Reducir el riesgo de recurrencias
Una dieta rica en vegetales, frutas, legumbres, cereales integrales y grasas saludables —como en el patrón mediterráneo— se considera especialmente beneficiosa.
2. Enfermedad de Parkinson
La nutrición puede influir en:
- La absorción de la medicación (como la levodopa)
- El control del estreñimiento
- La energía y fuerza muscular
Además, dietas ricas en antioxidantes ayudan a disminuir el estrés oxidativo, presente en la progresión de la enfermedad.
3. Esclerosis múltiple
La inflamación juega un papel clave en esta enfermedad. Una alimentación antiinflamatoria rica en omega 3, vitaminas antioxidantes y fibra contribuye a mejorar la calidad de vida del paciente y su funcionamiento neurológico.
4. Lesiones cerebrales traumáticas
Durante la rehabilitación neurológica, una dieta rica en proteínas, ácidos grasos esenciales y micronutrientes favorece la neuroplasticidad y la recuperación funcional.
Nutrientes esenciales para el cerebro
Omega 3 (DHA y EPA)
Fundamentales para la estructura de las membranas neuronales y la reducción de la inflamación.
Vitaminas del grupo B
Especialmente B6, B9 y B12, necesarias para la síntesis de neurotransmisores y la salud de la mielina.
Antioxidantes (vitamina C, E y fitoquímicos)
Reducen el daño oxidativo y protegen a las neuronas del estrés celular.
Aminoácidos esenciales
Participan en la creación de neurotransmisores como serotonina, dopamina o GABA.
Magnesio y zinc
Relacionados con la función sináptica y la regulación del sistema nervioso central.
Nutrición y plasticidad neuronal
La capacidad de las neuronas para reorganizarse tras una lesión —la neuroplasticidad— puede verse influida por la alimentación. Consumir nutrientes adecuados incentiva la formación de nuevas conexiones neuronales, mejora el aprendizaje motor y acelera la recuperación funcional.
Por eso, la combinación de buena nutrición con programas de fisioterapia neurológica basados en movimiento repetitivo, estímulos sensoriales y entrenamiento específico ofrece resultados superiores.
Patrones alimentarios recomendados para la salud neurológica
Entre los modelos dietéticos con mayor evidencia encontramos:
Dieta mediterránea
Rica en frutas, verduras, pescado, frutos secos, aceite de oliva y cereales integrales. Es una de las más estudiadas por sus beneficios cardiovasculares y neurológicos.
Dieta MIND
Diseñada específicamente para la salud cerebral. Una combinación entre la dieta mediterránea y la DASH, centrada en alimentos que protegen la función cognitiva.
Dieta antiinflamatoria
Incluye alimentos frescos, ricos en fibra, antioxidantes y grasas saludables para reducir procesos inflamatorios crónicos vinculados a enfermedades neurológicas.
Nutrición y afecciones neurológicas
La relación entre nutrición y salud neurológica es indiscutible. Una alimentación equilibrada no solo contribuye a la prevención de enfermedades, sino que potencia los procesos de neuroplasticidad y recuperación funcional. Incorporar un plan nutricional adaptado, junto con un programa de rehabilitación neurológica, ofrece resultados más completos y duraderos.











